viernes, 6 de febrero de 2015

Respuesta de Rodolfo Sanz a Jorge Giordani

Jorge Giordani y el oficio de escurrir el bulto

Por: Rodolfo Sanz

De nuevo Jorge Giordani dispara contra la Revolución Bolivariana, lo hace esta vez en un momento en que el imperio estadounidense pretende establecer sanciones a funcionarios del Estado venezolano, en un acto de hostilidad inaceptable. Su tristemente famosa carta de deslinde – del Sr. Giordani- fue hecha pública en medio del fragor de las guarimbas promovidas el pasado 2014 por la oposición golpista. Ahora, de verdad da tristeza ver a alguien que ocupó altos cargos dentro del Gobierno Bolivariano contribuir, amparándose en un discurso seudocrítico, a llevar agua al molino de la contrarrevolución  internacional.
Giordani se escuda detrás de unas presuntas “críticas constructivas” que, supuestamente  -dicho por él- lo preservan de ser un franco tirador intelectual del proceso de transformación que se desarrolla en Venezuela, y del cual fue actor importante. ¡Pobre de él!, no sabe que al actuar así trabaja, sin querer queriendo para el mismísimo Satanás. Es difícil suponer ingenuidad en las opiniones de un hombre de su tiempo biológico. Acto seguido, luego de su anti-exorcismo fallido, lanza sus acostumbrados dardos venenosos, cargados de un profundo resentimiento de escaso valor autocrítico, con total ausencia de verdades fundadas en una crítica científica de la cual tanto presume.
Nos dice Giordani en esta nueva entrega publicada en el portal NotiTime, 02 de febrero de 2015.
“… Nosotros hemos trabajado de una manera muy transparente, ahora sobre asumir las crisis había que tomar medidas excepcionales casi draconianas ya desde el mismo 07 de octubre del 2012…el “regalado” se debe acabar. De allí lo que teníamos que hacer a partir de 0ctubre del 2012…” 
He aquí la primera manifestación de irresponsabilidad. ¿Cuáles eran o son esas medidas excepcionales draconianas? Despedir empleados públicos; congelar los salarios para reducir el circulante; liberar los precios de los productos y dejar todo al libre juego de la oferta y la demanda. Giordani nunca propuso ningún plan para encarar crisis alguna, a no ser las insinuaciones de que “todo tiene que cobrarse porque nada puede ser regalado”. Planteado así el problema, en términos tan simplistas, es un retorno absoluto a las fórmulas estrictamente capitalistas, con un agravante: el concepto “regalado” en una economía rentista, con una renta petrolera que en teoría pertenece a todos los venezolanos, y por tanto debe ser distribuida equitativamente por el Estado (que sólo es su administrador) luce poco eficaz y muy desconsiderado al plantearse la corrección de ciertas distorsiones económico - sociales que ciertamente arrastramos, por la propia naturaleza del sistema económico que hemos heredado.
Reconocer que atravesamos una situación difícil, en mucho cocinada por la instrumentación de algunas políticas que el propio Giordani indujo y aplicó, como aquella barbaridad de secar el mercado financiero de divisas, acabando con operadores financieros que constituyen un segmento necesario de la realidad financiera del mundo actual aquí y en diversos países, para obligar a PDVSA, la única empresa que genera dólares en nuestra economía, a endeudarse para poder sostener el ritmo de desarrollo del país. Le recuerdo al Sr. Giordani, que él es teórico de aquella necedad de que el llamado dólar paralelo sólo existía si alguien lo nombraba, en un ejercicio de metafísica económica que al final lo que hizo fue agravar la situación hasta llegar, en parte, a lo que hoy tenemos.
Giordani desliza sibilinamente el concepto de que el presidente Nicolás Maduro desconoce, ignora o no reconoce explícitamente que estamos en un momento de dificultades económicas. Esto es totalmente falso. En varias alocuciones al país, pero sobre todo en la presentación del mensaje anual a la Asamblea Nacional, el día miércoles 21 de enero de 2015, el presidente Maduro, admitió esta realidad y convocó a todos los sectores a trabajar para superarla colectivamente.
No es nada difícil que el pueblo entienda que si el barril de petróleo estaba a 100 dólares y ahora ha llegado a 40, sobrevenga una enorme reducción de los ingresos del Estado, y que esto genera consecuencias que inciden inevitablemente en el desenvolvimiento social y económico.
Pero Giordani ignora absolutamente un componente de la realidad: la guerra económica. Cosa curiosa en un supuesto científico conocedor de la vida histórica de Venezuela. Nada tienen que ver la especulación de quienes Federico Brito Figueroa llamó la lumpemburguesía asociada al Imperio del Norte. No existe acaparamiento, especulación, sabotaje productivo, nada de eso -en opinión de Giordani- juega en contra de las políticas que el presidente Maduro despliega para superar el difícil el momento que transitamos.
Al referirse al fenómeno de la inflación, en otro acto de verdadera irresponsabilidad, con la aureola de sabio que siempre lo acompaña, hace la siguiente comparación:
“…Al pueblo venezolano no hay que mostrarle una ecuación econométrica para entender las causas y los componentes de la inflación, porque las siente directamente en la piel, en las colas, que no son menos que un signo de ineficiencia…No habíamos tenido una inflación de más del 25 o 30 por ciento…”
Las colas no son parte de la estrategia de los enemigos de este proceso, son -en su triste opinión-  un signo de ineficiencia. De allí que sea sospechoso también, la afirmación de que estamos cerca del fascismo. ¿No serán las colas, la psicosis que han querido instaurar en la conciencia de los venezolanos algunos sectores que acaparan, esconden alimentos, etc., parte del plan fascista, Don ilustrado Giordani?
 ¿Pero la inflación? Cuando Giordani fue Ministro, en varias oportunidades y en distintas áreas la inflación de 20% era buena.   Ahora es mala porque aumentó, en aquel tiempo el pueblo no la sintió, no la padeció. Excelente forma de razonamiento del ilustre profesor, existe una inflación buena (la del ex – Ministro Giordani) y otra mala, la que padecemos con el presidente Maduro. Pero cabría preguntarse, ¿por qué cuando fue Ministro, Giordani no acabó con la inflación?. Es que acaso nunca prendió la maquinita del BCV de la cual denigra. Deberíamos solicitarle al Papa Francisco la beatificación en vida de San Jorge Giordani, más pureza no cabe en alma alguna.
Pero existen tres perlas en este nuevo escrito del profesor, que no podemos pasar por alto, con su estilo de siempre, después de señalar que “hay que defender al Gobierno Revolucionario”, suelta esto:

·       “…La verdad, ¡ya somos casi el hazme reír de América Latina!...”

·       “…Fíjate, creo que en Venezuela ya se habla menos del socialismo y la palabra revolución como que la van a desaparecer de nuevo del diccionario dentro de poco…”

·       “…éramos ricos verdad, ya no lo somos, debemos actuar en consecuencia…”

·       “…parece que fuéramos el rey Midas al revés…”


1.   ¡Hazme reír!,  en el pasado no dudo que lo fuimos. Cuando tuvimos presidentes a quienes los engañaban la Banca Mundial; en momentos en que luego de montar la coronación de un presidente (1989), a escasos días el país se tiñó de sangre del pueblo que había elegido a su propio verdugo; cuando el país vivía de rodillas aceptando los programas “draconianos” del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial; en tiempos en que las Fuerzas Armadas se instaló la misión militar estadounidense a impartir órdenes a nuestros oficiales y soldados; cuando las barraganas de los presidentes se uniformaban con rango de generalas del Ejercito; ¡claro, que lo fuimos!.
Pero esos tiempos quedaron atrás, por si se le olvidó profesor Giordani. Ahora vivimos una época en que Venezuela es reconocida como una Nación independiente; firme frente a las agresiones imperiales; con una Fuerza Armada digna dedicadas a la tarea de defensa de la soberanía nacional consustanciada con el pueblo; sin ataduras al sistema financiero mundial y erguida como nación; con un gobierno humanista que garantiza el pleno ejercicio de los derechos humanos de todos sus ciudadanos.
No atinamos a saber por qué dice que hoy somos el ¡hazme reír!, debería aclararlo porque si no, esto quedará como una ofensa a la Patria que usted todavía dice defender.
2.   No se habla de socialismo o se habla menos. Vamos a proscribir la palabra revolución. Esta afirmación miserable no le queda nada bien. Y no es precisamente usted quien tenga más autoridad moral para decirla. Cuando disfrutaba de su cátedra de profesor universitario otros arriesgábamos -incluido el presidente Maduro-  el pellejo en calles y montañas de este país. Y hablábamos de Socialismo y Revolución, lo hacíamos evocando el socialismo, ahora que estamos en el poder construyendo parte del sueño de años, seguiremos con más razones defendiendo el socialismo.

Ah, si se refiere al socialismo medio fantasioso del que usted habla en algunos de sus libros, con esos conceptos inviables copiados de otros teóricos, como el de Empresas de Producción Social (EPS) inaplicable en cualquier transición del capitalismo al socialismo, que idealiza a los sujetos sociales, le diremos que sí, de esa concepción del socialismo idealista que no produce ningún cambio sostenible de la realidad, no debemos hablar. Sin   embargo de estos asuntos más profundos ya tendremos tiempo de escribir en términos polémicos. Pero le adelanto Prof. Giordani: usted no ha producido ninguna nueva concepción de la transición socialista. Deje de presumir dotes de teórico infalible que realmente no posee, bájese de la nube donde está, y deje de considerarse el gurú del socialismo venezolano, practique la humildad consustancial a los verdaderos sabios. Defienda lo que considera sus aportes pero sin pretender que sean asumidos por quienes tilda de ignorante en cada escrito, arrogancia que no he leído de ningún teórico brillante del socialismo. Sus verdades pueden no ser las de otros, o al menos, no son absolutas.

3.   Nunca hemos sido ricos. El concepto de que éramos ricos está fundamentado en la concepción rentista de la clase política de la cuarta república, ya criticada desde una noción gran burgués por Arturo Uslar Prietri, en términos más argumentados.

Es necesario que modernice su discurso y lo coloque a tono con una nueva concepción que rompa conceptualmente con el pasado, esto porque luce muy contradictorio criticar el rentismo y asociar, al mismo tiempo, la riqueza con la abundancia rentística. Reflexiónelo profundamente y se dará cuenta, que con tal contradicción, no se contribuye a forjar una nueva cultura para la nueva hegemonía necesaria. Finalmente, lo del rey Midas al revés, es también, un símil de la mitología clásica empleado hace mucho tiempo por el  Dr. Uslar, no dice nada nuevo cuando hace esta infeliz comparación en esta nueva época histórica en la cual más de 8 millones de venezolanos fueron sacados de la pobreza, como consecuencia de una distribución más humanista y equitativa de la renta petrolera, cuestión que – justo es reconocerlo – usted ha mencionado muchas veces. Para los pobres que dejaron de ser miserables, el rey Estado Bolivariano con Hugo Chávez a la cabeza los tocó y los convirtió en personas decentes. En esto del rey Midas, también se equivocó.

Y el remate de su entrevista, digna de quien aparece en la historia contando sólo las cosas buenas que recomendó, pero olvidando las malas en las cuales participó o tan solo guardó silencio es también objeto de un comentario. Veamos: “…Oye dejemos de importar alimentos, vamos a producir! No te metas en lo que está funcionando. Pon a funcionar a PDVSA, al SENIAT, el BCV, el  comercio exterior, el sistema financiero, pongamos a funcionar la electricidad, las empresas de Guayana, las telecomunicaciones, a los servicios públicos, que la gente tenga medicinas y alimentación y la pequeña y mediana que funcione bien déjalo tranquilo …”

De verdad que con estas expresiones, ahora sí entiendo lo del ¡hazme reír! Giordani nos hace reír. Ahora resulta que PDVSA no funciona, si esto fuera cierto habría que huir de este país, sería la catástrofe del siglo XXI. El SENIAT, todos los años supera las metas de recaudación pero según el Sr Giordani no sirve para nada. Mejor que se quede así, de lo contrario nadie se atreverá a montar un negocito. El comercio exterior, si se refiere a las exportaciones debería saber que eso no es soplar y hacer botellas. Él mismo ha dicho que el sector privado tiene una huelga de inversión de más de 20 años. ¿Entonces?

El llamado a producir luce como una fanfarronería intelectual en boca de alguien que fue Ministro de Planificación y Economía y Finanzas. Habría que preguntarle cuántas industrias nuevas se crearon durante su gestión, dónde están los indicadores que evidencian el avance del sector productivo como consecuencia de los magníficos y geniales planes de Giordani.

El funcionamiento del sistema financiero: ah; se le olvidó que el anunció la devaluación en víspera del carnaval 2013. Pero también que desmanteló buena parte de los operadores financieros con lo cual produjo la sequía del mercado de divisas aplicando una concepción dinosaurica del socialismo. Además de convalidar la entrega de dólares a personas jurídicas que, según sus propias declaraciones, lo utilizaron para negocios especulativos y supuestas importaciones que nunca llegan al país.

La electricidad: debería preguntarle a su fiel acompañante Héctor Navarro qué hizo, por qué no la puso a funcionar cuando fue Ministro del ramo, tutorado por su ilustrísimo profesor, ejemplo viviente del saber total e irrefutable. Y las empresas de Guayana, habría que preguntarle qué pasó con su fantasiosa concepción de la planificación desde abajo y el llamado control obrero de extirpe Trotkista.

De verdad que el profesor Giordani es una caja de sorpresas desde el punto de vista intelectual. Exhibe una enorme capacidad para la reflexión conceptual y los juicios políticos, en los cuales él nunca aparece formando parte de alguna trama real en la que pueda decir que se equivocó, que omitió una opinión oportuna o simplemente dejó que otros hicieran sin decir ni siquiera esta boca es mía. Esperemos atentos la próxima edición de “Yo, el infalible Giordani”.

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