Jorge
Giordani y el oficio de escurrir el bulto
Por: Rodolfo Sanz
De
nuevo Jorge Giordani dispara contra la Revolución Bolivariana, lo hace esta vez
en un momento en que el imperio estadounidense pretende establecer sanciones a
funcionarios del Estado venezolano, en un acto de hostilidad inaceptable. Su
tristemente famosa carta de deslinde – del Sr. Giordani- fue hecha pública en
medio del fragor de las guarimbas promovidas el pasado 2014 por la oposición
golpista. Ahora, de verdad da tristeza ver a alguien que ocupó altos cargos
dentro del Gobierno Bolivariano contribuir, amparándose en un discurso seudocrítico,
a llevar agua al molino de la contrarrevolución internacional.
Giordani
se escuda detrás de unas presuntas “críticas constructivas” que,
supuestamente -dicho por él- lo preservan
de ser un franco tirador intelectual del proceso de transformación que se
desarrolla en Venezuela, y del cual fue actor importante. ¡Pobre de él!, no
sabe que al actuar así trabaja, sin querer queriendo para el mismísimo Satanás.
Es difícil suponer ingenuidad en las opiniones de un hombre de su tiempo
biológico. Acto seguido, luego de su anti-exorcismo fallido, lanza sus acostumbrados
dardos venenosos, cargados de un profundo resentimiento de escaso valor autocrítico,
con total ausencia de verdades fundadas en una crítica científica de la cual
tanto presume.
Nos
dice Giordani en esta nueva entrega publicada en el portal NotiTime, 02 de
febrero de 2015.
“…
Nosotros hemos trabajado de una manera muy transparente, ahora sobre asumir las
crisis había que tomar medidas excepcionales casi draconianas ya desde el mismo
07 de octubre del 2012…el “regalado” se debe acabar. De allí lo que teníamos
que hacer a partir de 0ctubre del 2012…”
He aquí
la primera manifestación de irresponsabilidad. ¿Cuáles eran o son esas medidas
excepcionales draconianas? Despedir empleados públicos; congelar los salarios
para reducir el circulante; liberar los precios de los productos y dejar todo
al libre juego de la oferta y la demanda. Giordani nunca propuso ningún plan
para encarar crisis alguna, a no ser las insinuaciones de que “todo tiene que
cobrarse porque nada puede ser regalado”. Planteado así el problema, en
términos tan simplistas, es un retorno absoluto a las fórmulas estrictamente
capitalistas, con un agravante: el concepto “regalado” en una economía
rentista, con una renta petrolera que en teoría pertenece a todos los
venezolanos, y por tanto debe ser distribuida equitativamente por el Estado
(que sólo es su administrador) luce poco eficaz y muy desconsiderado al
plantearse la corrección de ciertas distorsiones económico - sociales que
ciertamente arrastramos, por la propia naturaleza del sistema económico que
hemos heredado.
Reconocer
que atravesamos una situación difícil, en mucho cocinada por la instrumentación
de algunas políticas que el propio Giordani indujo y aplicó, como aquella
barbaridad de secar el mercado financiero de divisas, acabando con operadores
financieros que constituyen un segmento necesario de la realidad financiera del
mundo actual aquí y en diversos países, para obligar a PDVSA, la única empresa
que genera dólares en nuestra economía, a endeudarse para poder sostener el
ritmo de desarrollo del país. Le recuerdo al Sr. Giordani, que él es teórico de
aquella necedad de que el llamado dólar paralelo sólo existía si alguien lo
nombraba, en un ejercicio de metafísica económica que al final lo que hizo fue
agravar la situación hasta llegar, en parte, a lo que hoy tenemos.
Giordani
desliza sibilinamente el concepto de que el presidente Nicolás Maduro
desconoce, ignora o no reconoce explícitamente que estamos en un momento de
dificultades económicas. Esto es totalmente falso. En varias alocuciones al
país, pero sobre todo en la presentación del mensaje anual a la Asamblea
Nacional, el día miércoles 21 de enero de 2015, el presidente Maduro, admitió
esta realidad y convocó a todos los sectores a trabajar para superarla colectivamente.
No
es nada difícil que el pueblo entienda que si el barril de petróleo estaba a
100 dólares y ahora ha llegado a 40, sobrevenga una enorme reducción de los
ingresos del Estado, y que esto genera consecuencias que inciden inevitablemente
en el desenvolvimiento social y económico.
Pero
Giordani ignora absolutamente un componente de la realidad: la guerra
económica. Cosa curiosa en un supuesto científico conocedor de la vida
histórica de Venezuela. Nada tienen que ver la especulación de quienes Federico
Brito Figueroa llamó la lumpemburguesía asociada al Imperio del Norte. No
existe acaparamiento, especulación, sabotaje productivo, nada de eso -en
opinión de Giordani- juega en contra de las políticas que el presidente Maduro
despliega para superar el difícil el momento que transitamos.
Al
referirse al fenómeno de la inflación, en otro acto de verdadera
irresponsabilidad, con la aureola de sabio que siempre lo acompaña, hace la
siguiente comparación:
“…Al
pueblo venezolano no hay que mostrarle una ecuación econométrica para entender
las causas y los componentes de la inflación, porque las siente directamente en
la piel, en las colas, que no son menos que un signo de ineficiencia…No
habíamos tenido una inflación de más del 25 o 30 por ciento…”
Las
colas no son parte de la estrategia de los enemigos de este proceso, son -en su
triste opinión- un signo de
ineficiencia. De allí que sea sospechoso también, la afirmación de que estamos
cerca del fascismo. ¿No serán las colas, la psicosis que han querido instaurar
en la conciencia de los venezolanos algunos sectores que acaparan, esconden
alimentos, etc., parte del plan fascista, Don ilustrado Giordani?
¿Pero la inflación? Cuando Giordani fue
Ministro, en varias oportunidades y en distintas áreas la inflación de 20% era
buena. Ahora es mala porque aumentó, en aquel tiempo
el pueblo no la sintió, no la padeció. Excelente forma de razonamiento del
ilustre profesor, existe una inflación buena (la del ex – Ministro Giordani) y
otra mala, la que padecemos con el presidente Maduro. Pero cabría preguntarse, ¿por
qué cuando fue Ministro, Giordani no acabó con la inflación?. Es que acaso
nunca prendió la maquinita del BCV de la cual denigra. Deberíamos solicitarle
al Papa Francisco la beatificación en vida de San Jorge Giordani, más pureza no
cabe en alma alguna.
Pero
existen tres perlas en este nuevo escrito del profesor, que no podemos pasar
por alto, con su estilo de siempre, después de señalar que “hay que defender al
Gobierno Revolucionario”, suelta esto:
· “…La
verdad, ¡ya somos casi el hazme reír de América Latina!...”
· “…Fíjate,
creo que en Venezuela ya se habla menos del socialismo y la palabra revolución
como que la van a desaparecer de nuevo del diccionario dentro de poco…”
· “…éramos
ricos verdad, ya no lo somos, debemos actuar en consecuencia…”
· “…parece
que fuéramos el rey Midas al revés…”
1.
¡Hazme reír!, en el pasado no dudo que lo fuimos. Cuando
tuvimos presidentes a quienes los engañaban la Banca Mundial; en momentos en
que luego de montar la coronación de un presidente (1989), a escasos días el
país se tiñó de sangre del pueblo que había elegido a su propio verdugo; cuando
el país vivía de rodillas aceptando los programas “draconianos” del Fondo
Monetario Internacional y del Banco Mundial; en tiempos en que las Fuerzas
Armadas se instaló la misión militar estadounidense a impartir órdenes a
nuestros oficiales y soldados; cuando las barraganas de los presidentes se uniformaban
con rango de generalas del Ejercito; ¡claro, que lo fuimos!.
Pero esos tiempos quedaron atrás, por si
se le olvidó profesor Giordani. Ahora vivimos una época en que Venezuela es
reconocida como una Nación independiente; firme frente a las agresiones
imperiales; con una Fuerza Armada digna dedicadas a la tarea de defensa de la
soberanía nacional consustanciada con el pueblo; sin ataduras al sistema
financiero mundial y erguida como nación; con un gobierno humanista que
garantiza el pleno ejercicio de los derechos humanos de todos sus ciudadanos.
No atinamos a saber por qué dice que hoy
somos el ¡hazme reír!, debería aclararlo porque si no, esto quedará como una
ofensa a la Patria que usted todavía dice defender.
2.
No se habla de socialismo o se habla
menos. Vamos a proscribir la palabra revolución. Esta afirmación miserable no
le queda nada bien. Y no es precisamente usted quien tenga más autoridad moral
para decirla. Cuando disfrutaba de su cátedra de profesor universitario otros
arriesgábamos -incluido el presidente Maduro- el pellejo en calles y montañas de este país. Y
hablábamos de Socialismo y Revolución, lo hacíamos evocando el socialismo, ahora
que estamos en el poder construyendo parte del sueño de años, seguiremos con más
razones defendiendo el socialismo.
Ah, si se refiere al socialismo medio
fantasioso del que usted habla en algunos de sus libros, con esos conceptos
inviables copiados de otros teóricos, como el de Empresas de Producción Social
(EPS) inaplicable en cualquier transición del capitalismo al socialismo, que idealiza
a los sujetos sociales, le diremos que sí, de esa concepción del socialismo
idealista que no produce ningún cambio sostenible de la realidad, no debemos
hablar. Sin embargo de estos asuntos
más profundos ya tendremos tiempo de escribir en términos polémicos. Pero le
adelanto Prof. Giordani: usted no ha producido ninguna nueva concepción de la
transición socialista. Deje de presumir dotes de teórico infalible que
realmente no posee, bájese de la nube donde está, y deje de considerarse el gurú
del socialismo venezolano, practique la humildad consustancial a los verdaderos
sabios. Defienda lo que considera sus aportes pero sin pretender que sean
asumidos por quienes tilda de ignorante en cada escrito, arrogancia que no he
leído de ningún teórico brillante del socialismo. Sus verdades pueden no ser
las de otros, o al menos, no son absolutas.
3.
Nunca hemos sido ricos. El concepto de
que éramos ricos está fundamentado en la concepción rentista de la clase
política de la cuarta república, ya criticada desde una noción gran burgués por
Arturo Uslar Prietri, en términos más argumentados.
Es
necesario que modernice su discurso y lo coloque a tono con una nueva
concepción que rompa conceptualmente con el pasado, esto porque luce muy
contradictorio criticar el rentismo y asociar, al mismo tiempo, la riqueza con
la abundancia rentística. Reflexiónelo profundamente y se dará cuenta, que con
tal contradicción, no se contribuye a forjar una nueva cultura para la nueva
hegemonía necesaria. Finalmente, lo del rey Midas al revés, es también, un
símil de la mitología clásica empleado hace mucho tiempo por el Dr. Uslar, no dice nada nuevo cuando hace esta
infeliz comparación en esta nueva época histórica en la cual más de 8 millones
de venezolanos fueron sacados de la pobreza, como consecuencia de una
distribución más humanista y equitativa de la renta petrolera, cuestión que –
justo es reconocerlo – usted ha mencionado muchas veces. Para los pobres que
dejaron de ser miserables, el rey Estado Bolivariano con Hugo Chávez a la
cabeza los tocó y los convirtió en personas decentes. En esto del rey Midas,
también se equivocó.
Y el
remate de su entrevista, digna de quien aparece en la historia contando sólo
las cosas buenas que recomendó, pero olvidando las malas en las cuales
participó o tan solo guardó silencio es también objeto de un comentario.
Veamos: “…Oye dejemos de importar alimentos, vamos a producir! No te metas en
lo que está funcionando. Pon a funcionar a PDVSA, al SENIAT, el BCV, el comercio exterior, el sistema financiero,
pongamos a funcionar la electricidad, las empresas de Guayana, las
telecomunicaciones, a los servicios públicos, que la gente tenga medicinas y
alimentación y la pequeña y mediana que funcione bien déjalo tranquilo …”
De
verdad que con estas expresiones, ahora sí entiendo lo del ¡hazme reír!
Giordani nos hace reír. Ahora resulta que PDVSA no funciona, si esto fuera
cierto habría que huir de este país, sería la catástrofe del siglo XXI. El
SENIAT, todos los años supera las metas de recaudación pero según el Sr
Giordani no sirve para nada. Mejor que se quede así, de lo contrario nadie se
atreverá a montar un negocito. El comercio exterior, si se refiere a las
exportaciones debería saber que eso no es soplar y hacer botellas. Él mismo ha
dicho que el sector privado tiene una huelga de inversión de más de 20 años. ¿Entonces?
El
llamado a producir luce como una fanfarronería intelectual en boca de alguien
que fue Ministro de Planificación y Economía y Finanzas. Habría que preguntarle
cuántas industrias nuevas se crearon durante su gestión, dónde están los
indicadores que evidencian el avance del sector productivo como consecuencia de
los magníficos y geniales planes de Giordani.
El
funcionamiento del sistema financiero: ah; se le olvidó que el anunció la
devaluación en víspera del carnaval 2013. Pero también que desmanteló buena
parte de los operadores financieros con lo cual produjo la sequía del mercado
de divisas aplicando una concepción dinosaurica del socialismo. Además de convalidar
la entrega de dólares a personas jurídicas que, según sus propias
declaraciones, lo utilizaron para negocios especulativos y supuestas
importaciones que nunca llegan al país.
La
electricidad: debería preguntarle a su fiel acompañante Héctor Navarro qué hizo,
por qué no la puso a funcionar cuando fue Ministro del ramo, tutorado por su
ilustrísimo profesor, ejemplo viviente del saber total e irrefutable. Y las
empresas de Guayana, habría que preguntarle qué pasó con su fantasiosa
concepción de la planificación desde abajo y el llamado control obrero de
extirpe Trotkista.
De
verdad que el profesor Giordani es una caja de sorpresas desde el punto de
vista intelectual. Exhibe una enorme capacidad para la reflexión conceptual y
los juicios políticos, en los cuales él nunca aparece formando parte de alguna
trama real en la que pueda decir que se equivocó, que omitió una opinión oportuna
o simplemente dejó que otros hicieran sin decir ni siquiera esta boca es mía.
Esperemos atentos la próxima edición de “Yo, el infalible Giordani”.
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